La Casa de Papel abre un nuevo capítulo en su historia. Aprovechando que estamos en época de hacer balance del año que se va y pensar en los propósitos del año que viene, Netflix estrena por fin Berlín, el spin off centrado en uno de los personajes más populares de la serie original. Toca irse unos años atrás para conocer a Berlín como líder de otra banda y otro robo extraordinario. Una ficción que parte de las mismas dinámicas que La Casa de Papel, pero que encuentra su propia identidad fundiéndose con el género de la comedia romántica.

“Si me dicen hace veinte años que iba a haber una serie con el nombre de mi personaje hubiera dicho: guau, eso tiene que molar. Pero mi crecimiento en la vida me hace intentar mirar eso de la cosa más desapegada”, dice Pedro Alonso en una entrevista con LOS40. “Lo valoro mucho porque la profesión te enseña que esto es un regalo total, pero que al mismo tiempo lo miro con distancia”.

La profesión te enseña que esto es un regalo total, pero que al mismo tiempo lo miro con distancia

—  Pedro Alonso

A pesar de que, como decíamos, Berlín tiene sello propio, la sombra de La Casa de Papel sigue siendo demasiado larga. Sin embargo, el casting de esta serie no teme a las comparaciones. “Es una historia distinta, es otro tono y otro universo. Está el personaje de Berlín, pero tiene otro ADN”, afirma Michelle Jenner, quien interpreta a una eminencia en ingeniería electrónica en esta historia. Por su parte, Tristán Ulloa, un catedrático filántropo y confidente de Berlín en la ficción, dice lo siguiente: “En Estados Unidos se lo creen muy bien y aquí lo decimos con la boca pequeña. En Berlín hemos jugado a creérnoslo y nos lo hemos pasado muy bien porque no hemos creído lo que estábamos haciendo”.

La anécdota del incienso

París, Madrid, Almería, León, Ávila, Segovia y Toledo son algunas de las imponentes localizaciones donde se ha llevado a cabo este juego profesional del que habla Tristán. En total, un rodaje que se ha prolongado hasta nueve meses y donde juntos han sido compañeros, profesionales de la interpretación y familia. Por eso, no es de extrañar que entre esas largas jornadas haya recuerdos de terrazas con vistas a la Torre Eiffel y anécdotas absolutamente surrealistas.