Tener que besar a tu compañero de rodaje ante la mirada de más de una decena de personas que están atentos a cualquier detalle de vuestros gestos no debe ser nada fácil. Ni siquiera en Hollywood o para actores ya experimentados en este tipo de escenas como Riley Keough o Andrew Garfield. Pero la incomodidad, o incluso la falta de complicidad, no es nada comparado con el susto de saber que algo tan simple como un beso tuyo le ha podido costar la vida a tu coprotagonista.

Pongamos algo de contexto. Corría el año 2018 cuando el director David Robert Mitchell dirigía a los actores de Todos quieren a Daisy Jones (2023) y The Amazing Spider-Man (2012, 2014) para el rodaje de su obra Under the Silver Lake (‘Lo que esconde Silver Lake’). Las expectativas en este nuevo proyecto del creador de Hereditary o Babadook eran bastante altas dado el historial del cineasta y la fama de Garfield como el Peter Parker de entonces.

Y aunque los resultados en crítica y taquilla de Lo que esconde Silver Lake no fueron —ni mucho menos— los deseados, de su rodaje al menos sí salió una buena anécdota que aún hoy recordarán sus protagonistas. Así lo ha hecho una de las actrices principales, Riley Keough, en una reciente entrevista para la revista Vanity Fair en la que ha recordado su trabajo en el filme y relató uno de los momentos quizá más cómicos y, desde luego, de más pavor, que ha vivido.

La culpa fue del cacahuete

Para entender esta historia, es imprescindible aclarar, como hizo la actriz, que Andrew Garfield es alérgico a los frutos secos. Dicho esto, volvamos al pasado. Poco antes de entrar al estudio, Keough se preparaba ese día para rodar la esperada escena del beso entre su personaje, Sarah, y el de Garfield, Sam. Ella estaba preparándose en la caravana de maquillaje cuando…

“Estaba comiendo una barra de granola o algo así y estaba a punto de rodar una escena en la que tengo que besar a Andrew”, contaba. Fue entonces cuando una compañera del equipo se percató: “La maquilladora me dijo ‘¿eso lleva cacahuetes?’“. Sin embargo, Keough no pudo responder con exactitud si llevaba o no, por lo que la maquilladora corrió a avisar al productor y fue este quien, ante la duda, decidió que la escena no se rodaría ese día.

“El productor vino y me dijo ‘Riley, Andrew es muy alérgico a los cacahuetes y tenemos que cerrar el plató. No debería haber estado en el equipo, y no sé por qué está en el plató'”, contaba la actriz: “Me quedé como ‘joder, qué locura’. Pero gracias a Dios que esta mujer lo pilló, ¡yo no tenía ni idea!“.