¿Cómo se ha preparado físicamente Taylor Swift para The Eras Tour?
Seis meses de entrenamiento y tres de baile han sido necesarios para afrontar la gira más ambiciosa de su carrera
Seis meses de entrenamiento y tres de baile han sido necesarios para afrontar la gira más ambiciosa de su carrera
Si hay un espectáculo que este año ha protagonizado todo tipo de titulares, noticias, comentarios y vídeos virales en redes sociales, ese ha sido The Eras Tour. Desde los grandes problemas para conseguir entradas en la primera parte de la gira en Estados Unidos, que vinieron acompañados de una denuncia a Ticketmaster, hasta los anuncios y récords que se han vivido sobre el escenario de grandes estadios, nadie ha podido escapar a la fiebre de Taylor Swift en el mejor año de su carrera.
Un repertorio de 44 canciones, más de una decena de cambios de vestuario y una duración que ronda las tres horas y media caracterizan a este show único, el más ambicioso en la trayectoria de nuestra rubia favorita. Todo un espectáculo que, por otro lado, lleva meses y meses de preparación.
Más allá de las características técnicas del montaje del escenario y los medios visuales (durante su gira en Estados Unidos tres equipos distintos viajaban por las carreteras del país para tener listo un show que de media tarda 6 días en montarse), la propia cantante ha tenido que someterse a unas rutinas de entrenamiento gigantes para poder someterse a este reto sin precedentes. Algo que ha podido desvelar durante su entrevista para la revista Times tras ser nombrada Persona del Año por la publicación:
“Todos los días corría en la cinta, cantando el repertorio completo en voz alta. Rápido durante las canciones rápidas y a trote o caminata rápida para los temas lentos“. Según ha podido saber el periodista Sam Lansky, además, su gimnasio (Dogpound) creó un programa personalizado para ella, con ejercicios de fuerza, acondicionamiento y pesas. “Después tuve tres meses de entrenamiento de baile, porque quería que calase en mis huesos. Quería tener todo tan ensayado como para que me permitiese hacer tonterías y ser graciosa con mis fans sin perder el foco ni mi tren de pensamiento”.
Paralelamente, tomó la decisión de dejar de beber durante la gira, pues no quería verse nunca en la situación de realizar un concierto con resaca. Y es que todo esto es necesario para que Taylor sea capaz de subirse al escenario durante tres noches seguidas y dar el 100% de sí misma. Eso sí, al día siguiente no puede mover ni un músculo: “no dejo la cama excepto para conseguir comida y volver a la cama para comerla ahí. Apenas puedo hablar porque he cantado durante tres noches seguidas. Cada vez que doy un paso mis pies hacen ‘crunch, crunch, cruch’ por haber bailado en tacones. Sé que me voy a subir al escenario independientemente de si estoy enferma, herida, con el corazón roto, incómoda o estresada. Forma parte de mi identidad ahora. Si alguien compra una entrada para mi concierto, voy a salir a no ser que tengamos una causa de fuerza mayor“.
Y así ha sido. Hemos visto a la solista cantar bajo la tormenta y a altas temperaturas. Únicamente aplazando 2 shows (de 66) como consecuencia de un gran ola de calor e inclemencias climáticas para proteger la seguridad de sus fans y el equipo que la acompaña. Ahora, la cantante disfruta de un merecido descanso, pero volverá a los escenarios el próximo mes de febrero llevando The Eras Tour hasta Tokio.