Unas horas antes de que llegara el 25 de septiembre, día especial para ella, ponía banda sonora al Piromusical de la Mercé con el que Barcelona cierra cinco días de fiestas mayores. Un espectáculo de fuegos artificiales y música que ella misma había seleccionado y que incluía éxitos propios como Despechá, Milionària y CUUUUuuuuuute. También incluía temas de Peret, Arctic Monkeys, The Strokes o Elvis Presley.
Pero, sin duda, el interés estaba puesto en el estreno de Omega que abre una nueva etapa menos Motomami y más Celine Dion. Porque sí, Rosalía se libera de artificios para presentarse en su versión más pop y acústica, más romántica y luminosa. Y no, no es que se haya ido al estilo de la canadiense, pero su nombre resuena en la canción.
Y sigue siendo una visionaria y buena prueba es el artista que la acompaña. Ralphie Choo se ha convertido en uno de los nombres más repetidos cuando uno habla del futuro de la música. Su manera de fusionar tradición y experimentación cada vez tiene más adeptos. Rosalía fue una de las primeras que se dejó seducir por su propuesta y ya les habíamos visto juntos presagiando lo que estaba por venir.